
¿Cómo se va a reducir el tráfico y aumentar las opciones para no depender tanto de él y de los atascos que provoca si no se toma ninguna medida más allá de aumentar las autopistas y los viales de acceso?

Uno que se crió gran parte de su vida en “La Inmobiliaria”, en el barrio de Teatinos, todavía recuerda cómo las vacas pastaban en el prado detrás de la iglesia de Santullano, vacas que salían de la vaquería situada justo donde ahora está la antigua urbanización Los Prados. En aquella época, oír hablar de La Monxina, La Carisa, La Corredoria o Colloto nos sonaba como viajar a otra localidad. De ahí que, cuando, siendo proto-adolescentes, explorábamos los límites del barrio y podíamos llegar hasta aquellos lares, me resultara curioso constatar que eran conjuntos de casas rodeadas de praos, en los que ya por entonces me sorprendía su aspecto urbano, pero separado de la teórica “urbanidad” de la ciudad.
A partir de ahí, y casi 40 años después, la ciudad ha cambiado, sus polos de atracción de gente también y se ha extendido hasta desdibujar sus límites, superando las tradicionales vías de comunicación de alta capacidad que la rodeaban. Si ponemos la vista en la Ronda Sur, ampliamente rebasada por la ciudad, nos podemos imaginar cuál será el destino, y ya lo es, de la autopista A-66, que circunvala la ciudad por el exterior.
El problema, que es a donde quiero ir, es que integrar unas infraestructuras de tal magnitud, que no fueron concebidas para estar “entre humanos”, se vuelve una tarea complicada. Más aún con todas las que se han incorporado recientemente, como el acceso al HUCA por detrás de la urbanización de La Monxina.
Recientemente, un diario ovetense se hacía eco del ‘Plan Anti-atascos‘ de los empresarios del polígono del Espíritu Santo. Como todo el mundo sabe, y los vecinos de Colloto más, uno de los puntos más conflictivos en cuanto a la densidad de tráfico es la rotonda que conecta todas estas vías mencionadas y que separa el polígono de Cerdeño del de Espíritu Santo.
La receta habitual
¿La receta? Pues ya la conocen: aumentar las vías, las conexiones, las entradas, las salidas, etc. ¿Acaso no es algo que ya se haya hecho? ¿Acaso no se han implementado accesos a todos los puntos de interés de la zona, incluso a otros que generan un tráfico inmenso, como Parque Principado? Pues aquí está la clave: aumentar las posibilidades y las opciones solo para el coche no mejorará la fluidez a medio plazo, sino que la reducirá. ¿Nadie ha pensado que cuando se facilita el tráfico, al final siempre hay más tráfico, no menos? Ya les digo yo que no. Nadie lo hace porque, para quienes solo se desplazan en coche, muchas veces porque no hay otro remedio, siempre suena contraintuitivo.
En Oviedo, esto no solo ocurre en este punto en concreto. Ya les suenan los planes de la Ronda Norte, los de aumentar la capacidad para el acceso a Ciudad Naranco, etc.
Cambiar el foco
¿Y si ponemos el foco en estudiar quién accede a la zona? ¿En reducir los accesos a lo necesario y no a lo arbitrario? Sin datos, uno puede intuir que va a ser difícil reducir la demanda de ir a comprar a Parque Principado, de ir a trabajar a todos esos polígonos o de dirigirse a la autopista para salir a otro punto de la región. Pero… ¿cuántas personas usan el coche para ir y venir de Colloto, por ejemplo, porque no tienen buenas conexiones de transporte público? ¿Qué opciones tiene alguien que tan solo quiere ir al HUCA o a Ventanielles? ¿Qué alternativas efectivas hay para ir a comprar a Parque Principado que compitan con el coche privado? ¿Qué opciones hay para darse un paseo largo o ir a trabajar en bici a cualquiera de esos puntos? Les respondo yo mismo: pocas o casi ninguna, y la mayoría funcionan mal.
Por ejemplo, desde Oviedo a Colloto/Parque Principado tenemos frecuencias de autobús de 10 minutos durante gran parte del día, que en la práctica se convierten en muchos más porque no hay prácticamente ninguna medida para que el autobús circule a un ritmo no vinculado al tráfico y pueda competir con él. ¿Dónde han visto un carril bus en esa dirección? ¿Dónde creen que se queda atrapado el autobús en estos atascos de coches? ¿Cómo esperan que los trabajadores o habitantes de Colloto o el Espíritu Santo dejen su coche en casa si el autobús tiene tan poca efectividad?
Les pongo otro ejemplo: de Colloto al HUCA hay, sobre el mapa, la misma distancia que del HUCA al Parque San Francisco, unos 2 km. Es una distancia perfectamente caminable si no hay prisa, y de hecho, mucha gente lo hace, por ejemplo, para subir al centro de Oviedo o bajar, con una gran pendiente. Sin embargo y en la práctica, ni siquiera como un paseo, hacer lo mismo de La Monxina a Cerdeño, con mucha menos distancia, es prácticamente imposible en un tiempo razonable. Como saben, las barreras de las infraestructuras para el tráfico y las nulas opciones peatonales hacen que esta tarea sea difícil.
Distancia aproximada del hueco generado por las infraestructuras viarias, que no tienen ni una sola opción para ir en otro medio que no sea en coche.

Tienen una manera muy fácil de comprobarlo: váyanse a estrenar el nuevo “bulevar” y comprueben cómo desde arriba del puente puede verse Cerdeño a tiro de piedra. ¿Por qué se da la vuelta? ¿Hay dragones más allá? De nuevo, preguntas.
Más capacidad: Pan para hoy y hambre para mañana
La conclusión, llegados hasta aquí, es bien clara. ¿Cómo se va a reducir el tráfico y aumentar las opciones para no depender tanto de él y de los atascos que provoca si no se toma ninguna medida más allá de aumentar las autopistas y los viales de acceso?
El vehículo privado siempre es eficiente cuando no hay muchos compitiendo entre sí, pero, en el caso del que hablamos, la demanda generada por el descontrol y la dispersión urbanística hace que esta fluidez sea ya imposible y que aumentar la vía apenas sea un parche momentáneo. Por lo tanto, la solución a esta situación parte de analizar y proponer alternativas al vehículo privado, equilibrando la grave descompensación que hay hacía medios de transporte y opciones públicas, no aumentando la capacidad para más coches.