El asesinato de Karilenia, perpetrado por su pareja, ha desatado una ola de indignación en Asturias. En Oviedo, decenas de personas se concentraron este lunes para exigir justicia y visibilizar la lucha contra la violencia de género

El asesinato de Karilenia Ch. G. en Langreo, el pasado viernes, conmocionó a Asturias. La mujer, de 40 años, fue asesinada por su pareja, un hombre de 74 años. Esta muerte generó una ola de indignación en la región, que se plasmó en la concentración organizada ayer lunes, a las 20:00 horas, en la Plaza de la Escandalera de Oviedo, convocada por el colectivo ‘Mujeres de la Escandalera’.
La protesta no solo fue un acto de condena, sino también un grito de denuncia contra la violencia de género, que sigue cobrándose vidas de mujeres en todo el país. Las participantes, junto a vecinos, representantes políticos y diversas asociaciones, exigieron justicia para Karilenia y para todas las mujeres que, como ella, han sido víctimas.
En medio del dolor, las palabras de Flor Tejo, portavoz de ‘Mujeres de la Escandalera’, fueron claras y contundentes: “Nos gustaría que las flores no llegaran solo a las tumbas”. Esta frase, directa y sin rodeos, dejó claro el propósito de la concentración: visibilizar la tragedia y pedir un cambio real en las políticas contra la violencia de género.
“Las mujeres no queremos más homenajes póstumos. Queremos ser escuchadas antes de morir”. El acto adquirió una mayor carga simbólica debido a las polémicas declaraciones del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, quien cuestionó por qué se guardaba un minuto de silencio por la muerte de Karilenia y no cuando ocurre con los hombres. A pesar de rectificar horas después, las palabras del alcalde fueron calificadas de “insensibles” y “machistas” por las organizaciones feministas. “No basta con una rectificación. Las disculpas no pueden ser a medias”, exigieron.

“Es una cuestión que nos concierne a todos. Y es fundamental que los responsables políticos actúen con responsabilidad, sin banalizar los crímenes que las mujeres siguen sufriendo”, dijo Gonzalo Olmos, de Amnistía Internacional, que aprovechó la ocasión para subrayar que la violencia de género es un problema que afecta a toda la sociedad, sin distinción de clase social, religión o nacionalidad.
Desde la concentración aprovecharon para movilizar y hacer un llamamiento a todas las mujeres para que no toleren ningún tipo de abuso ni vejación, enfatizando la importancia de identificar las señales de violencia a tiempo y actuar de inmediato.
El asesinato de Karilenia no fue sólo un hecho aislado. Fue la gota que colmó el vaso de una sociedad cansada de esperar cambios concretos. Y, aunque la indignación se plasmó en las calles de Oviedo, la lucha sigue. La exigencia de un compromiso real para erradicar la violencia machista no pueden ser nada más que palabras: es hora de actuar y toda la sociedad es responsable.