La historia de Taller 3 es, ante todo, una historia de pasión, dedicación y amor por el arte. Una historia que comenzó en 1981 y que, 45 años después, sigue más viva que nunca. El futuro de esta institución está asegurado, ya que los alumnos se divierten, aprenden, crecen, evolucionan y piensan. Un espacio siempre abierto a la creatividad

A principios de los ochenta, en el corazón de Oviedo, nacía un proyecto pedagógico que transformaría para siempre la manera en que la ciudad entendía el arte y la educación. Taller 3, bajo la dirección de Beatriz Gutiérrez, Covadonga Álvarez y Marian Blanco, comenzó como un proyecto experimental y pionero en España: lo que comenzó con 60 alumnos, hoy es un referente en la formación artística de la ciudad, con más de 55.000 personas que han pasado por sus aulas.
A lo largo de estas cuatro décadas y media, Taller 3 ha sido mucho más que una escuela de arte: ha sido una cantera de creatividad, un espacio para experimentar, explorar y, sobre todo, crecer. Su labor educativa ha permitido que miles de personas de todas las edades aprendieran arte y cambiaran su mirada a la hora de ver el mundo: más crítica y profunda. Su enfoque pedagógico ha impactado en generaciones enteras de artistas y ciudadanos, encontrando en sus aulas un lugar para despertar su potencial. Este aniversario, además de celebrar, es una ocasión para reflexionar sobre todo lo que ha significado para Oviedo. La exposición organizada para conmemorar estos 45 años, que se puede visitar hasta el 28 de febrero en el espacio de Trascorrales, es mucho más que un recorrido visual por la historia del taller. Es una oportunidad para recordar cómo una idea nacida en 1981 ha crecido y se ha transformado sin perder nunca su esencia: ofrecer una formación artística accesible y de calidad y fomentar la creatividad como motor de desarrollo personal.

Desde su inicio, Taller 3 apostó por un enfoque educativo innovador. Su objetivo no era formar artistas de manera convencional, más bien ofrecer herramientas para desarrollar la creatividad sin límites. En sus aulas se han enseñado desde las disciplinas clásicas, como la pintura y la escultura, hasta disciplinas como la cerámica, el grabado, la danza, el teatro, la serigrafía y la expresión dinámica. Un enfoque multidisciplinar que ha permitido a los alumnos encontrar su propio camino, sin presiones ni restricciones, y les ha dado la oportunidad de experimentar con diferentes formas de expresión artística.
Siempre han considerado que el arte es mucho más que una técnica: una herramienta poderosa para el desarrollo personal, un camino para aprender a ser más críticos, más conscientes de nuestro entorno y, sobre todo, más libres. El arte como medio para formar personas críticas y capaces de construir un futuro basado en la creatividad y el pensamiento independiente; algo que cada día es más necesario. El arte como catarsis que enseña y transforma.
En Trascorrales disfrutamos de esa evolución, sin abandonar sus claras bases. A través de obras representativas y material gráfico, los visitantes pueden ver cómo Taller 3 ha abrazado las nuevas tendencias, cómo ha integrado nuevas disciplinas en su propuesta educativa y cómo ha sabido adaptarse a las necesidades de sus alumnos, sin perder nunca su espíritu original.
Lo que realmente distingue a Taller 3 es la profunda conexión que ha logrado entre sus docentes y sus estudiantes. En este taller, no sólo se aprende arte: se construyen relaciones, se establecen vínculos que perduran en el tiempo. Muchos de los antiguos alumnos han vuelto a las aulas, pero esta vez como docentes, transmitiendo el legado que recibieron. La transmisión del fuego sin adorar las cenizas. La continuidad generacional que se ha logrado es una de sus grandes fortalezas, pues ha sido capaz de mantener su esencia a través del tiempo, mientras se nutre de las nuevas ideas y enfoques que cada generación aporta. La clave de esta longevidad está en su capacidad para mantenerse siempre a la vanguardia, pero respetando los valores que fundamentaron su creación: la creatividad, la experimentación y el desarrollo integral del alumno.

Aunque en 45 años se han vivido muchos cambios, la esencia de Taller 3 sigue viva. La enseñanza sigue siendo tan vibrante como en sus primeros días, y los alumnos, de entre 4 y 90 años, siguen llenando sus aulas con la misma ilusión que los primeros estudiantes. La exposición en Trascorrales viene a celebrar el pasado, presente y futuro de un proyecto en continua renovación. Sus aulas han sido testigos de la evolución de miles de personas, de historias, de vidas. Cada proyecto, cada taller, cada clase ha sido una oportunidad para que los alumnos exploren sus capacidades, se enfrenten a nuevos retos y se conviertan en mejores versiones de sí mismos. Esta es la verdadera magia de Taller 3.
Hoy, el taller cuenta con un equipo de siete profesores y más de 2.000 alumnos que, cada año, continúan alimentando su creatividad y su pasión por las artes. Gracias al apoyo constante del Ayuntamiento de Oviedo, que ha facilitado espacios para el desarrollo de sus actividades, siguen siendo un referente cultural y acercando el arte a la vida cotidiana de los ovetenses
El taller sigue mirando al futuro con optimismo, el relevo generacional está garantizado. El legado de este proyecto se seguirá transmitiendo a nuevas generaciones de alumnos, que seguirán formando parte de su historia. El impacto de Taller 3 en Oviedo es incuestionable. A lo largo de estos años, ha sido un catalizador de la creatividad, un espacio donde generaciones enteras han podido descubrir su potencial artístico. Ha sido, y sigue siendo, un lugar donde la libertad creativa no tiene límites. Y aunque este aniversario es un momento para mirar atrás y celebrar lo conseguido, también es un recordatorio de que el camino sigue. El futuro de Taller 3 está lleno de nuevas posibilidades, y el arte sigue siendo la herramienta que une a generaciones de artistas, docentes y ciudadanos.
