A lo largo de la historia reciente asturiana son muchas las grandes edificaciones que síperono, es decir, que casi pudieron rozarse con los dedos pero que, finalmente, nunca llegaron a buen puerto. La Ronda Norte es, en Oviedo, la reina en este grupo

No es la única. A lo largo de la historia reciente asturiana son muchas las grandes edificaciones que síperono, es decir, que casi pudieron rozarse con los dedos pero que, finalmente, nunca llegaron a buen puerto. Son ejemplos en Gijón el soterramiento del tráfico del Muro o la intrahistoria del eterno Solarón. Los 20 años de obras en la variante de Pajares son también otro buen ejemplo de grandes promesas venidas a menos tras el hachazo de la realidad.
En Oviedo, la reina de estas historias en los últimos años ha sido la Ronda Norte. Con polémica desde sus inicios, con cambios de posición -del sí rotundo al ‘no, nunca’, del PSOE local- y con, sobre todo, una férrea oposición de una parte de la sociedad ovetense que ve como una aberración medioambiental el proyecto que Ayuntamiento y Ministerio quieren sacar adelante. Concebida para mejorar la movilidad en la zona noroeste de la capital asturiana, y dependiente directamente del Ministerio, ya en 2017 el Ministerio de Fomento iniciaba el estudio de alternativas para la obra.
Llevaba entonces dos décadas encima de la mesa, por lo que el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, veía necesaria su “actualización”. Wenceslao López (PSOE), alcalde en aquel momento de la ciudad, enviaba una misiva al ministro que bien podría ser presagio de los años que vendrían. Decía el socialista que se trataba de “una obra de importancia estratégica para Oviedo y para Asturias”, lo que hacía necesario que se diseñara y ejecutara “con el mayor de los consensos y teniendo en cuenta las necesidades reales de los ciudadanos y la previsión del futuro desarrollo de Oviedo». Un consenso que, ocho años después, ni está ni se le espera.
Del «la falda del Naranco ni se va a enterar» al cambio de posición del PSOE
De vuelta al sillón de la alcaldía, los populares, ya con Alfredo Canteli al frente, afirmaban en 2019 que “la falda del Naranco ni se va a enterar del proyecto”, argumentando que la infraestructura no afectaría “en nada» al monte. Se estimaba entonces que la Ronda Norte absorbería el 80% de los 54.571 vehículos que circulan por la zona noroeste. Ya entonces el túnel parecía ser la solución perfecta a vista del regidor.
Pero los planes no los tomaron con el mismo optimismo ecologistas y asociaciones vecinales, que en 2021 se movilizaron activamente contra la Ronda, calificándola como «el mayor atentado medioambiental de la historia del concejo» y planteando alternativas más sostenibles y económicas para reducir el tráfico en la zona. La Asociación Vecinal La Centralilla, la Asociación Vecinal Fuente de Los Pastores, Activa Ciudad Naranco, la Asociación Vecinal Las Campas y Manos por el Naranco se unieron en la protesta, alegando que el trazado acabaría con el entorno de los monumentos prerrománicos, la Pista Finlandesa, el Parque Purificación Tomás y el Camino de Santiago.
En ese mismo 2021, el entonces consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial del Gobierno asturiano, Alejandro Calvo, afirmaba que el proyecto de la Ronda Norte debería tener una «integración tanto medioambiental como urbana» alegando que las infografías distribuidas relacionadas con el proyecto habían sido «desafortunadas». Sin acabar el año, Podemos Asturias denunciaba ante la Unesco el proyecto. Fue meses más tarde, en mayo de 2022 cuando el Ministerio de Transportes sometió a información pública el estudio informativo del proyecto, eligiendo la alternativa 4 entre las estudiadas. Una opción que contemplaría un recorrido de 8 kilómetros con calzadas de tres carriles y dos túneles que atravesarían la falda sur del monte Naranco. Una postura apoyada en aquel tiempo por el PSOE local y que seguía encontrado en el resto de los grupos de izquierda la gran oposición.
Enésimo capítulo, pero no el último

Dos años más pasarían, hasta julio de 2023, para que el Gobierno central reactivase la Ronda Norte de Oviedo y tramitara el estudio de evaluación ambiental. Y ya recientemente, este martes, se escribía el -hasta ahora- último capítulo de esta historia. El equipo de gobierno local, encabezado por el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta (PP), volvía a exigir al Principado y al Gobierno central un compromiso “firme y expreso” con la Ronda Norte, algo rechazado por IU-Convocatoria por Oviedo, que ha reiterado su oposición frontal al proyecto, asegurando que lo bloquearán mientras formen parte del Ejecutivo autonómico.
En palabras de Cuesta, Oviedo “quiere y necesita una Ronda Norte, pero no a cualquier precio”, por lo que defiende una solución que incluya la construcción de dos túneles bajo el Monte Naranco, de forma que se compatibilice la mejora de la movilidad con la protección de los valores patrimoniales y medioambientales de la zona.
La propuesta, presentada en un moción de urgencia, sí fue respaldada por PP, Vox y la concejala no adscrita, Elena Figaredo. El PSOE, tras virar hace varios años su posición frente a la Ronda, evidenciaba una vez más su negativa a la construcción. “Ronda Norte, no. Mientras IU esté en el Gobierno autonómico, Ronda Norte, no”, repitió una vez más en el Pleno el concejal Alejandro Suárez (IU) en el enésimo capítulo de una historia que promete nuevas páginas de desencuentros y, por el momento, pocas soluciones.