Fallecido en un trágico accidente hace ahora 25 años, el eslovaco compartió vestuario con nombres como Esteban, Bango, Onopko, Dely Valdés, Iván Ania o Unzué bajo la dirección del también fallecido Luis Aragonés
Lo tenía todo para ser una estrella del fútbol, pero un trágico accidente truncó su camino y convirtió a Peter Dubovsky en una leyenda eterna del Real Oviedo. El eslovaco se convirtió, gracias a su personalidad y a su buen hacer dentro y fuera del campo, en una de las figuras más queridas del oviedismo en la década de los ’90, hasta que un fatal accidente el 23 de junio del año 2000 acabó con su vida. El jugador se encontraba de viaje en Tailandia junto a su pareja y su hermano. Allí, en las cataratas de Ko Samui, sufrió una fatal caída de la que no pudo recomponerse. Tenía solo 28 años.
Eterno desde entonces en Oviedo, el cariño azul se materializará ahora con una calle en la ciudad de la que tanto disfrutó. Así lo solicitaba este jueves la Junta de Gobierno Local, y así lo firmaba el concejal Mario Arias, que escribía sobre él: «Ese futbolista tan querido por la afición del Real Oviedo, que llevó, durante los mejores años de su carrera futbolística, los colores de la camiseta del Real Oviedo por numerosos lugares de España y fuera de nuestro país, contribuyendo al engrandecimiento de nuestra ciudad».
Y es que durante su etapa en el club, el centrocampista disputó 120 partidos en Primera División y marcó 17 goles. Formó parte del equipo durante una de las etapas más destacadas de los carbayones en la máxima categoría, compartiendo vestuario con nombres como Esteban, Bango, Onopko, Dely Valdés, Iván Ania o Unzué, y bajo la dirección del también fallecido Luis Aragonés. En aquella última temporada que logró disputar, la correspondiente al curso 1999-2000, el equipo finalizaría en la 16ª posición con 45 puntos.
Una posición cómoda en la tabla en la que el eslovaco tuvo mucho que ver, como confesarían tras su fallecimiento sus compañeros. En agradecimiento y cariño por tanto, el club llegó a retirar temporalmente su dorsal como homenaje. Ahora, el nombre de Peter Dubovsky dará nombre a una de las calles del Parque del Oeste, muy cercano al nuevo estadio Carlos Tartiere en el que el eslovaco nunca pudo jugar, pues fallecería meses antes de su inauguración.
