También la lluvia oxidó alguna parte de la barandilla y crecen malas hierbas entre las juntas. Algo que no se puede permitir en una obra que tiene dos años y su coste ascendió a casi 1,5 millones de euros
Con las obras de adecuación y renovación de los accesos a la Losa parecía que iba a quedar zanjada la demanda histórica de los vecinos de Ciudad Naranco, y de todos los ovetenses, de unos accesos dignos y accesibles para todos. Se instaló un ascensor exterior y se arregló el existente, renovaron la escaleras mecánicas colocando una cubierta y repararon las escaleras físicas que se encontraban muy dañadas, con el peligro que esto conllevaba.
Con la finalización de la obra, y no sin cierta controversia por el diseño, los colores y su iluminación, los ciudadanos se mostraron satisfechos. Se había salvado un escollo y se establecía la conexión fluida y fácil entre el centro y el norte de la ciudad. Desde un principio, hubo ciertas quejas por la suciedad que mostraban las escaleras de piedra, con manchas de humedad y adquiriendo un color negruzco que confrontaba con el blanco original. También la lluvia oxidó alguna parte de la barandilla y crecen malas hierbas entre las juntas. Algo que no se puede permitir en una obra que tiene dos años y su coste ascendió a casi 1,5 millones de euros.
Pero la cosa ha ido a peor, desde hace unas dos semanas los usuarios denuncian que la escalera mecánica de subida más próxima al Viaducto Marquina está parada en infinidad de ocasiones. Así lo afirma la asociación vecinal ‘Activa Ciudad Naranco’, que asegura haber recibido quejas de los vecinos. “Salgo a dar un paseo por el centro y tomar un café en Santa Cristina. Ya siempre subo por Marquina, porque no me fío de que funcione, a mis años me cuesta mucho subir andando, y no quiero dar un rodeo hasta las otras. No puede ser que estemos así”, protesta Pilar Fernández, una residente en Tito Bustillo de 87 años. “El alcalde y Carlos Llaneza pasan por aquí, espero que hagan algo y el Ayuntamiento lo solucione. Parece que Ciudad Naranco no le importa a nadie”, comenta otro vecino.
Eliminar fronteras y dotar a los barrios de vida e infraestructuras dignas es un compromiso que la corporación de Alfredo Canteli adquirió cuando entró al poder. Es de esperar que cumplan lo prometido y subsanen este problema que pone barreras entre los ovetenses.