La organización está levantando en el Alto de la Miranda un complejo moderno donde puedan convivir en familia los animales acogidos con los amantes de las mascotas
Los perros sonríen. Lo asegura Blanca Rodríguez tras 30 años de trabajo y esfuerzo por cuidar en Oviedo y su entorno a cientos de perros y otras mascotas a través de Másquechuchos, la organización responsable del albergue de Abuli.
El sueño de Blanca es que estos animales, sobre todo los que nadie quiere, sonrían mucho más una vez que culmine al traslado de las obsoletas instalaciones actuales al nuevo Centro de Adopción y Empatía de Asturias que están levantando con mucho esfuerzo y cariño, pero con pocos recursos, en el Alto de la Miranda (Llanera) y que quiere ser más que un albergue; un espacio donde fomentar la convivencia entre los animales y las personas interesadas en ellos.
En su web, la organización afirma que “tras más de 30 años de lucha y esfuerzo por darles una vida digna a cientos de animales abandonados, nos encontramos ante una oportunidad única: crear un Centro de Adopción Animal que no solo continúe nuestra labor, sino que la eleve. Ya no se trata solo de recoger y refugiar animales; hemos evolucionado para convertirnos en un lugar donde se gestione de forma activa la búsqueda de familias, asegurándonos de que cada perro encuentre el hogar que merece”.
Blanca, que contesta a la llamada de MiOviedo dando el biberón a un gatín recién nacido, quiere que el Centro de Llanera se convierta en un club donde las familias y amantes de los perros puedan disfrutar de espacios al aire libre para convivir unas horas con unos animales que en el caso de esta protectora suelen ser “los que nadie quiere” porque son viejos, están enfermos, son muy grandes o tienen mal carácter.
En cualquier caso, se trata de perros que merecen una vida no solo digna, “sino alegre”, como dice Blanca, una funcionaria que llegó a donde está de casualidad y sin saber dónde se metía. Tras conocer el caso de varios perros abandonados explica que buscó una finca “para cuidarlos y atenderlos allí, pero en aquel momento ni me planteaba crear un albergue”.
Tras encargarse por su cuenta de los animales, logró, después de un tiempo, el apoyo de otras personas. Fue así, sin haberlo planificado, como terminó fundando la protectora privada de animales Masquechuchos. Desde 1993, la organización ha gestionado unas cien adopciones al año, en total, más de dos mil hogares nuevos en casi un cuarto de siglo para mascotas que, gracias a su empeño, pudieron salir del abandono.
La fundadora de la entidad insiste en que “los perros sonríen. Yo veo un perro y sé si esta alegre o no. Lo que quiero es que sonrían, no solo que estén allí en el nuevo centro”.
Para conseguirlo están levantando un complejo que incluye una nave principal con boxes y otros servicios para los animales acogidos, una nave secundaria y otros espacios que podrán en marcha si consiguen el apoyo suficiente de particulares, ya que Masquechuchos no recibe desde sus inicios ningún tipo de subvención por parte de las administraciones. Así que el sueño de Blanca de instalar una piscina y un área donde las familias puedan ir a comer o a merendar y pasar un rato con los perros depende en gran medida de la implicación de muchos que necesitan aportar un poco para contribuir a este novedoso proyecto.
El objetivo de la organización es que este verano puedan trasladarse a Llanera alrededor de 30 perros, más o menos la mitad de los que ahora están en el albergue de Abuli, para posteriormente hacer lo propio con el resto. Los plazos definitivos y al alcance de las obras dependerán en gran medida del presupuesto disponible. A través de un crowdfunding han conseguido unos 30.000 euros, pero el proyecto necesitaría bastante más para llegar al objetivo previsto.
“Mi ilusión seria poner una piscina para los perros y que pueda ir la gente y hacer un club con las personas interesadas que puedan estar allí con sus perros o con los perros que tenemos nosotros”, afirma Blanca.
Como ella indica “todo perro fácil, joven o que no crezca mucho, sale muy fácilmente, por eso nosotros nos quedamos con perros muy grandes o mayores o con mal carácter y queremos tener un espacio digno y que se parezca a un hogar, para que todos esos perros que no los quiere nadie tengan una vida digna y alegre, pero para eso necesitamos que haya mucha gente implicada y que sea un sitio de encuentro donde pueda haber espacios lúdicos para las personas y los perros”.
Otros animales corren mejor suerte, como una mamá labradora con diez bebés. A la semana de nacer ya estaban todos colocados con familias que vinieron de diversos puntos de España y los adoptaron el mismo día.
Para apoyar el nuevo proyecto de Más que Chuchos se puede contribuir incluso desde un euro al mes convirtiéndose en un “teamer” o apadrinar o amadrinar a un perro con una cuota mensual que permite alimentarlo o llevarlo al veterinario e incluso comprar productos para los animales directamente desde Amazon enviándolos directamente a la organización. Toda las información sobre adopciones y donaciones está disponible en la web https://masquechuchos.org/
Cualquier ayuda es bienvenida para una organización que busca dar una segunda oportunidad al mejor amigo del hombre para que pueda volver a sonreír.
