El colectivo ciudadano critica el impacto ambiental de la futura autovía y apuesta por reforzar el transporte público y la vía de la Pixarra

La plataforma ciudadana ‘Ronda Norte No, hay alternativas’ ha expresado este miércoles su oposición a la reciente moción aprobada en el Ayuntamiento de Oviedo que insta al Gobierno central y al Principado de Asturias a impulsar la construcción de la Ronda Norte. En respuesta, el colectivo propone abordar los problemas de tráfico en las zonas norte y oeste de la ciudad mediante mejoras en el transporte público y la creación de la vía rápida de la Pixarra.
El rechazo de la plataforma se produce tras la aprobación en el pleno municipal de una moción de urgencia promovida por el equipo de gobierno local (PP), respaldada por Vox y la concejala no adscrita. En el texto se defendía que la Ronda Norte constituye “una infraestructura estratégica que no puede esperar más”. La propuesta fue rechazada por IU-Convocatoria por Oviedo, cuyo concejal Alejandro Suárez reiteró que su grupo se opondrá mientras forme parte del Gobierno autonómico.
Desde la plataforma consideran “incomprensible” que se insista en un proyecto que, a su juicio, tendría un “impacto negativo” sobre el Monte Naranco, tanto por su valor natural como cultural, y alertan sobre las posibles consecuencias para la salud de los residentes en los barrios próximos, debido a un aumento de la contaminación atmosférica y acústica. En lugar de la autovía proyectada, el colectivo defiende alternativas como el refuerzo del transporte público o la ejecución de la vía rápida de la Pixarra, una conexión de 2,3 kilómetros entre los barrios de La Florida y Las Campas, que enlazaría con la A-63 y la circunvalación exterior. Según la plataforma, esta solución ofrecería una respuesta “más inmediata, eficaz y sostenible” al tráfico local sin comprometer el entorno ni el bienestar vecinal.
La Ronda Norte es un proyecto con una larga trayectoria marcada por la controversia. Planteada como una vía para aliviar la congestión en la zona noroeste de Oviedo, ha generado rechazo desde sectores sociales y vecinales por su potencial afección al monte Naranco y su entorno prerrománico, Patrimonio de la Humanidad. Aunque el Ministerio de Transportes ha reactivado su tramitación ambiental, su ejecución sigue pendiente del consenso político y social, aún lejano.