El edificio situado en el número 22 de la ovetense calle Covadonga, donde se encontraba la Casa del Bacalao, será derriba en los próximos tres días debido al riesgo de que se venga abajo. Esta medida se adopta para proteger a los vecinos y peatones

En torno a las 19.30 horas de la tarde del miércoles, varias patrullas cerraban el acceso a la calle Covadonga debido a la posibilidad de que partes del inmueble precipitaran. La curiosidad y la confusión se contagió entre los vecinos y transeúntes del centro de la ciudad. Minutos más tarde, un camión de bomberos llegó a la zona para evaluar las condiciones del edificio. Fuentes no oficiales hablaron de la posibilidad de que una parte de la fachada pudiera desprenderse y de una afectación bastante grave de la estructura de la edificación.

Los Bomberos y la Policía Local, tras realizar una inspección preliminar, decidieron tomar medidas preventivas para evitar cualquier tipo de accidente. Se procedió a cerrar el acceso a vehículos y se valló la zona que corresponde a la fachada del número 22, especialmente la parte que parecía más comprometida. La zona se convirtió rápidamente en un foco de atención, tanto para los residentes como para los turistas que se encontraban paseando por el centro de la ciudad.

Los vecinos, alarmados, se quejan de la mala conservación del inmueble y del riesgo que corren mientras el bloque siga en pie. En varias ocasiones, los residentes han denunciado la falta de mantenimiento de este edificio, que, con el paso de los años, ha sufrido un notable deterioro. Además, se ha señalado la ausencia de actuaciones por parte de las autoridades competentes para garantizar la seguridad de los habitantes y transeúntes que transitan a diario por la zona. El Ayuntamiento de Oviedo tras evaluar la situación con urgencia decidió que en los próximos tres días se lleven a cabo la labores de derrumbe para asegurar la seguridad de los vecinos y los peatones.

