La unión de fuerzas entre la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica y Ecoloxistes N’Aición d’Asturies pretende poner freno a una medida que, opinan, no responde a un problema real, sino a intereses comerciales de una parte del sector ganadero
Era previsible que, ante la decisión del Principado de dar luz verde a la caza controlada de 53 ejemplares de lobo ibérico para dar paso a la reclamación del sector ganadero, el flanco ecologista se movilizase para intentar frenar semejante acción… Y la respuesta, al fin, ha llegado. Por medio de un comunicado conjunto emitido este mismo sábado, la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica y el colectivo Ecoloxistes N’Aición d’Asturies han anunciado la presentación ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) de un recurso contencioso-administrativo contra la resolución firmada el 24 de abril por la Consejería de Medio Rural y Política Agraria. Se trata, en la práctica, de un contraataque desesperado para intentar detener los efectos, a escala regional, de la polémica supresión del lobo del Listado de Especies Silvestres en régimen de Protección Especial (LESRPE) al norte del río Duero.
En el escrito que justifica el recurso, ambas agrupaciones ecologistas rebaten los argumentos de la Administración asturiana. La misma que alega que «las 45 manadas de lobo que existen están provocando daños en la ganadería extensiva, y poniendo en grave riesgo la compatibilidad de la presencia de la especie con el desarrollo socioeconómico del medio rural». Algo que, a juicio de los ecologistas, en caso de ser cierto «sólo destaparía la fragilidad y la vulnerabilidad de un sector importante en Asturias, que representa el 2,1% del PIB regional; es decir, el Gobierno asturiano afirma que 53 lobos están poniendo contra las cuerdas a todo el sector ganadero regional».
Aun así, para las dos plataformas esa posible afirmación no tiene ni pies, ni cabeza. «La realidad tiene más que ver con el riesgo que provocan los propios mercados económicos que, sin duda, exponen a muchos más riegos a la ganadería extensiva, pero que por el contrario requieren de soluciones más audaces por parte de las administraciones, en lugar de presentar un mero Programa de Control del Lobo», teorizan. Es más, analizando los propios datos que expone el Principado «se puede comprobar cómo no ha habido ningún incremento significativo, y mucho menos una explosión, en la población de lobos antes y después de que esta especie estuviera protegida». Y para muestra, un botón: los datos prueban que en 2021, año en que el lobo entró en el LESPRE, «el número de manadas en Asturias era de 43, mientras que en 2024 se sitúan en 45».
