Cáritas Diocesana de Oviedo atendió en 2024 a 1.610 personas sin hogar y advierte de un fuerte aumento entre las mujeres en situación de calle, que ya superan las 260 en lo que va de 2025

Cáritas Diocesana de Oviedo ha alertado de un “alarmante aumento” de mujeres sin hogar en Asturias durante 2025. Según los datos presentados por la organización, en lo que va de año se han atendido 262 mujeres en situación de calle, una cifra muy superior a las 68 registradas en todo 2024. Durante el año pasado, Cáritas acompañó en el Principado a 1.610 personas sin hogar, de las cuales 143 eran mayores de 65 años y 419 (un 26%) jóvenes de entre 18 y 35 años. La entidad prevé que, de mantenerse la tendencia actual, las cifras de 2025 superarán ampliamente las del ejercicio anterior.
Con motivo del Día de las Personas sin Hogar, celebrado el 26 de octubre, la organización ha lanzado la campaña “Sin hogar, pero con sueños”, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad y reclamar políticas públicas efectivas que garanticen el derecho a una vivienda digna. Zoraida Sienra, responsable del programa de Personas sin Hogar de Cáritas Oviedo, destacó la urgencia de “seguir sensibilizándonos como sociedad y continuar interpelando a las administraciones públicas, garantes de los derechos humanos, acerca de la realidad que viven estas personas”.
Desde la entidad recuerdan que la falta de un hogar obliga a muchas personas a afrontar graves obstáculos diarios, como la ausencia de intimidad, las dificultades para acceder a un trabajo o a los servicios públicos, y problemas de salud física y mental que dificultan su reintegración social. La campaña incluye testimonios reales de personas sin hogar, como el de Teresa, de 59 años, que afirma: “Hay noches en que me duermo imaginando que vuelvo a tener una mesa para invitar a mis nietos a merendar. No sé si pasará, pero ese sueño me mantiene viva”.
Cáritas subraya que el fenómeno del sinhogarismo no se limita únicamente a quienes viven en la calle. De acuerdo con la Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial (ETHOS), también abarca a quienes residen en viviendas inseguras o inadecuadas, así como a las personas que dependen de alojamientos temporales o cedidos. La organización insiste en que, además de garantizar derechos, es fundamental reconstruir los vínculos humanos y comunitarios que permitan a las personas sin hogar “sentirse de nuevo parte de la sociedad”.