Integrantes de varios de los 19 equipos que han presentado propuestas para recuperar el edificio visitaron el inmueble junto al director general de Vivienda del Principado y la secretaria general de Europan España
Este viernes se oficializó el comienzo del futuro de La Malatería, el histórico edificio del barrio ovetense de San Lázaro que fue asilo y residencia para la tercera edad y que permanece cerrado desde 2010. Y lo hizo con la visita de varios de los 19 equipos de arquitectos que se han presentado al concurso Europan 19 al que concurre la recuperación del inmueble por iniciativa de la Dirección General de Vivienda del Principado con el fin de destinarlo a vivienda en alquiler para jóvenes.
Los equipos que visitaron el edificio estuvieron acompañados por el director general de Vivienda, Daniel Sánchez, y por la secretaria general de Europan España, Carmen Imbernón. Hizo de guía el jefe de Edificación y Vivienda de la Consejería, Enrique Escudero, quien explicó a los arquitectos presentes la configuración y aspectos técnicos del edificio.
La responsable de Europan afirmó que el futuro de La Malatería está garantizado con su inclusión en el proyecto para jóvenes arquitectos. “Es algo que esperamos claramente de la mano del Principado, que tiene un compromiso absoluto, y del comité científico y los expertos de diferentes países de Europan”.
Imbernón señaló que hasta ahora se han presentado 19 equipos, al menos uno de ellos del extranjero, como uno de Francia cuyos miembros asistieron a la visita. La presentación de proyectos está abierta hasta el 29 de junio tras lo cual se celebrará una primera reunión de los diez miembros del jurado en la que se seleccionará un 20% de los trabajos que concurran para posteriormente, a comienzos de diciembre, celebrar una nueva reunión de dos días y decidir el proyecto ganador, que se llevará un premio de 12.000 euros. El segundo clasificado recibirá 6.00o euros y habrá menciones especiales cuyos proyectos serán también publicados a nivel nacional e internacional por la organización.
El ganador contará con la asistencia de la Dirección General de Vivienda en la redacción del proyecto y en caso de ser un equipo español probablemente también en la dirección de obra y posteriormente se sacará a licitación la obra.
El director general de Vivienda señaló que la presentación de la recuperación de La Malateria al concurso europeo supone “darle una vuelta al edificio y aprovechar esta oportunidad que ofrece Asturias y Oviedo. Su uso para vivienda pública en alquiler para jóvenes es un cambio radical y va a contribuir a la regeneración urbana de la zona”. Por su parte, Escudero añadió que “el jurado internacional valorará las ideas en cuanto a lo que se preserva y a lo que se incorpora” ya que está admitido un aumento de la edificabilidad y es posible que haya algún espacio destinado a guardería o a usos de los vecinos. Europan trata de dar soluciones a problemas que las ciudades no han resuelto”.
Además de la incógnita sobre ese espacio de uso comunitario, está por ver qué ocurre con las plazas de aparcamiento ya que la idea de incorporar algo más de 60 podría ser excesiva, según los técnicos. Todo ello dependerá en gran medida de las negociaciones que mantendrán el Principado y el Ayuntamiento de Oviedo, también comprometido con un edificio que es un emblema de San Lázaro y cuya recuperación celebraron hoy miembros de la plataforma vecinal La Malateria no se Tira que lleva dos años trabajando por la recuperación e integración del inmueble en la vida del barrio.
Los equipos participantes en Europan deben proponer diseños que no solo respondan a las necesidades de vivienda de la población joven, sino que también contribuyan a la revitalización social y urbana del barrio, integrando los principios de sostenibilidad y accesibilidad.
La rehabilitación del edificio “debe integrarse armoniosamente con el entorno urbano, promoviendo la movilidad sostenible y en línea con la visión de una ciudad más verde, accesible y sostenible, minimizando la huella de carbono y mejorando la calidad de vida de los residentes”.
Otro aspecto que se tendrá en cuenta es que el proyecto “integre principios de eficiencia energética en todas las etapas. El diseño debe garantizar que las viviendas sean energéticamente eficientes, utilizando materiales y reduciendo la huella ecológica del proyecto bajo impacto ambiental para minimizar el consumo de energía y aumentar la circularidad”.
Dado que el edificio, aunque no está protegido oficialmente, posee cierto valor patrimonial para el barrio, “se valorarán especialmente aquellas propuestas que busquen conservar al máximo el edificio existente. El objetivo es adaptarlo a su nuevo uso como residencia juvenil, respetando y conservando sus características principales. Al ser un concurso de ideas, no existe un programa cerrado, lo que da a los participantes la libertad de proponer soluciones creativas e innovadoras. Los concursantes tienen la oportunidad de diseñar espacios comunitarios, zonas comunes y otras intervenciones que enriquezcan tanto la vida de los futuros residentes como la dinámica del barrio”.