Hasta dieciséis vehículos fueron retirados por la Policía Local antes del partido del OCB
El Ayuntamiento de Oviedo ha salido al paso de las críticas vecinales surgidas tras la retirada de varios vehículos en la calle Río Dobra, en el barrio de Ventanielles, con motivo del partido entre el Alimerka Oviedo Club Baloncesto (OCB) y el Obradoiro CAB disputado este sábado en el Palacio de los Deportes. Desde el Consistorio se subraya que la reserva de estacionamiento en las inmediaciones del recinto es obligatoria, de acuerdo con la normativa de la Federación Española de Baloncesto y de la Policía Nacional, y que la señalización estaba correctamente instalada desde el pasado miércoles.
Fuentes municipales explican que el Coordinador del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) verifica la ubicación y extensión de la zona reservada, que incluye tres plazas para el trío arbitral y el resto destinadas al equipo local. «El procedimiento es el habitual: lo tramita el CNP, pero lo solicita el club organizador del encuentro», precisan las mismas fuentes. En este caso, fue el propio OCB quien gestionó la petición ante la autoridad competente, siguiendo el protocolo que se aplica en todos los partidos oficiales.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Álvaro Bóveda, ha ratificado que «la señalización estaba correctamente colocada desde el miércoles», y ha insistido en que la intervención de la Policía Local «se limitó a hacer cumplir una normativa obligatoria». La actuación, sostienen en el Ayuntamiento, responde «exclusivamente a criterios de seguridad y logística deportiva», y no a ningún tipo de privilegio o trato de favor.
Pese a estas aclaraciones, el episodio ha causado malestar entre los vecinos de Ventanielles, que denuncian la retirada de hasta dieciséis vehículos estacionados antes del encuentro. «Estos privilegios, en un barrio obrero, no se pueden tolerar», manifestó la alcaldesa de barrio, Blanca Fernández, quien ha elevado una queja formal al concejal de Servicios Básicos, Daniel Tarrio. Los residentes aseguran que la señalización era confusa y que las cintas delimitadoras se colocaron «una vez ya se habían llevado varios coches».
La Policía Local sostiene, sin embargo, que todas las señales estaban visibles y en vigor, y que los agentes actuaron conforme al protocolo. Fuentes de la propia corporación recuerdan que el dispositivo de tráfico durante los partidos en el Palacio de los Deportes «se activa de manera coordinada con la Federación y las fuerzas de seguridad del Estado», especialmente en los encuentros de competición oficial.
Mientras tanto, en el barrio persiste el enfado. «La gente está muy quemada; además, algo así mancha también la imagen del Alimerka OCB, porque los privilegios de unos nos perjudican a otros», lamentaba Fernández. Desde el club, que aún no se ha pronunciado públicamente, se recuerda de manera interna que el uso de dichas plazas «no es una concesión extraordinaria, sino una exigencia federativa que se repite en todas las canchas del país».
En resumen, el Ayuntamiento defiende que la reserva de espacio para árbitros y equipos es una obligación reglamentaria, no una decisión discrecional. Una medida técnica que, en este caso, ha acabado avivando la polémica en un barrio que reclama más diálogo y previsión antes de futuros encuentros deportivos.