Los vecinos siguen denunciando el mal estado de las aceras y piden una solución urgente al Ayuntamiento de Oviedo
El tiempo pasa, las quejas se acumulan y los peligros siguen ahí. Muchas zonas de Ciudad Naranco continúan siendo un peligro para los peatones: aceras resquebrajadas, suelos resbaladizos y trampas ocultas en cada esquina. La asociación vecinal Activa Ciudad Naranco lleva meses denunciando esta situación y exigiendo soluciones al Ayuntamiento de Oviedo, pero, por el momento, lo único que han conseguido es que algunos operarios marquen con pintura ciertas baldosas para su futura reparación. Un gesto que, lejos de tranquilizar a los vecinos, confirma lo que ya sabían: no hay un plan real de actuación, solo parches que llegan tarde.
La situación es especialmente preocupante en la parte vieja del barrio y en la zona de Almacenes Industriales, donde las aceras han envejecido sin mantenimiento y ahora son un peligro constante. Pero si hay un punto negro que se lleva la palma, ese es la calle Nicolás Soria. Su pronunciada pendiente, combinada con un pavimento desgastado y resbaladizo, ha convertido el simple acto de caminar en un deporte de alto riesgo. Cada poco se producen caídas, algunas con consecuencias graves. Dos abogados se han puesto en contacto con la asociación tras asumir casos de personas que han sufrido accidentes en Nicolás Soria. “Es un síntoma claro de que el problema no es menor. Cuando los tropiezos y resbalones dejan de ser anécdotas y se convierten en demandas, es que algo falla en la gestión urbana”, dice un vecino de la calle.
Desde Activa Ciudad Naranco llevan más de un año reclamando soluciones concretas. Piden, como mínimo, la sustitución de las baldosas por otras con mayor agarre o en su defecto que se abujarden, aunque el desgaste de muchas de estas losetas hace que esto no sea posible.
El Ayuntamiento ha tomado nota y parece que va a emprender pequeñas actuaciones, pero lo que necesita Ciudad Naranco es un plan integral de renovación de aceras y no más promesas dilatadas en el tiempo. Mientras tanto, los vecinos seguirán esquivando trampas en sus propias calles y denunciando la situación.
